El pasado mes de abril, de 2019, Aula7activa incluía el libro de Josep Antoni Àlvarez en su repertorio. Según J.M. López Yuste «Este libro contiene un llamado a la bondad, un grito de advertencia, una acción favorable, un deseo vital, un retorno a la esencia de la existencia, un camino pragmático, una invitación a la ecoética, un compromiso personal, una escucha inteligente de voces eclécticas convergentes, una búsqueda de sentido en el sinsentido caótico que habitamos, un reencuentro de la criatura con su verdadero rol ante la Creación, y su Creador.»
Hablamos con el autor, Josep Antoni Àlvarez.
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Muchas gracias por concedernos esta entrevista. ¿Quién es Josep Antoni Àlvarez y a qué se dedica?
Soy una persona normal como cualquier otra. En la actualidad trabajo como profesor de ciencias y matemáticas en el Colegio Urgell de Barcelona.
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¿Cuándo y cómo nace la idea de un libro sobre el clamor de la Creación?
De hecho, la idea de hacer un libro sobre medioambiente no es mía sino de mi amigo José Manuel López. Este proyecto se comenzó a forjar hace casi dos años cuando este me animó a redactar un libro sobre ecología aprovechando mis reflexiones previas. En sentido estricto, la raíz de este se encuentra en una conferencia que realicé en la iglesia de Barcelona-Urgell sobre ecoética y en las reflexiones que preparé con posterioridad para la convención de AEGUAE de 2017 sobre consumismo y medioambiente. Aunque, también es importante señalar que en la preparación del presente libro incorporé nuevos materiales y añadí todo un conjunto de reflexiones sobre Dios y ecología.
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¿Qué relación tiene la ecología con la Biblia?
Aunque puede parecer una exageración, la Biblia está plagada de referencias a la naturaleza, y por lo tanto, a la Creación. Por otro lado, el Dios del cual nos habla la Biblia está profundamente comprometido con la preservación de todo aquello que ha creado. De hecho, muchas de las leyes o normas del AT tienen como finalidad preservar la naturaleza y, al mismo tiempo, garantizar la igualdad entre todos los seres humanos. Además, Jesús se deleita en la contemplación de la naturaleza. Por si todo ello no fuese suficiente, la Biblia comienza con la Creación y finaliza con un nuevo mundo.
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Últimamente los científicos están un poco «apocalípticos» ¿es para tanto?
Es una pregunta interesante, y muy oportuna, porque precisamente son los científicos juntamente con otros intelectuales quienes están avisándonos del desastre al cual nos abocamos a menos que cambiemos nuestro estilo de vida. Las señales de alarma son evidentes, y cada año que pasa, estas se hacen más indiscutibles. Todos los informes realizados que analizan diferentes aspectos convergen en que no podemos continuar relacionándonos con nuestro planeta de la misma manera si no deseamos que la vida tal como la conocemos se convierta en un recuerdo del pasado. El calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, la creciente contaminación de mares, ríos,… son algunas de esas señales que nos amonestan a cambiar nuestro forma de relacionarnos con la Tierra. En definitiva, son una advertencia para que cambiemos nuestra forma de vivir. No podemos continuar viviendo de espaldas a la Creación.
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¿Es posible revertir la situación actual?
Es posible en la medida de que aquellos que detentan el poder adopten medidas reales para poner freno a nuestros deseos de acumular, de consumir. Pero esto solo será posible si cambiamos nuestros valores, nuestras prioridades. Mientras el egoísmo y el deseo de acumular sean los valores imperantes de nuestra sociedad cualquier cambio será imposible.
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¿Qué relación hay entre lo que está pasando a nivel medioambiental con el consumismo y el capitalismo?
No tengo la menor duda en cuanto a que la crisis ambiental que padecemos en la actualidad, aunque algunos pretendan negarla, se encuentra en nuestro modelo económico. El capitalismo se sustenta en el consumismo. En el deseo irrefrenable que tienen los hombres de acumular “riquezas”. El capitalismo no se puede entender si no hay crecimiento, esto implica aumentar la cantidad de bienes que se producen un año tras otro. Y esto solo es posible sometiendo al planeta a una sobreexplotación de los recursos naturales. Además, el sistema de producción genera contaminación, residuos, etc. Estamos inmersos en un bucle que parece no tener fin.
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¿Es posible mantener el índice de consumismo actual con la sostenibilidad medioambiental?
No. El planeta tiene unos límites que ya se han superado. La capacidad de regeneración hace tiempo que es una ilusión. La presión a la cual se ven sometidos ciertos recursos van en aumento, pero al mismo tiempo estos se agotan. La sostenibilidad solamente es posible si cambiamos nuestro modelo de consumo. En definitiva, nuestro modelo económico.
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Ese modelo de consumo incluye la carne como alimento ¿Por qué su consumo es un ejemplo de insostenibilidad?
Porque cada vez se consume una mayor cantidad. Hemos de pensar que para satisfacer ese creciente deseo de comer carne a todas horas es necesario aumentar la producción industrial de carne y como consecuencia la de cereales. Y eso implica a nivel ambiental la consiguiente destrucción de bosques para convertirlos en terrenos agrícolas. Además, los sistemas de cultivo no siempre son respetuosos con el medioambiente. Por otro lado, ese aumento en el consumo de cereales para producir carne tiene dos efectos asociados; un aumento en el precio de los cereales y que ingentes cantidades de cereales sean desviados del consumo humano. Esos dos efectos combinados están provocando una mayor desnutrición entre los menos favorecidos por la dificultad creciente para comprar alimentos. Otro inconveniente que no habríamos de subestimar es el volumen de residuos y la contaminación que conlleva la producción de carne para el consumo humano.
Por último, a otro nivel, la producción de carne para satisfacer una demanda creciente en muchas ocasiones implica el maltrato de los animales. Aspecto que nos habría de hacer reflexionar
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¿Por qué los cristianos deberíamos tener un compromiso mayor con el medioambiente que quienes no lo son, si al final sabemos que Cristo viene y este mundo tiene fecha de caducidad?
Porque si creemos que Dios es el creador, lo es de todo lo que nos rodea. Dios ama la Creación. Es suya, y eso implica todo sin excepciones. Además, Dios nos llamó a disfrutar de su creación, a administrarla pero no a saquearla. Como dice la Biblia de forma reiterada, la Tierra es de Dios. Nosotros tenemos el privilegio de disfrutar de ella. Además, de la misma manera que Dios nos llama a actuar en otros ámbitos de la vida también nos da la oportunidad de comprometernos con todo aquello que ha creado. El creer en una nueva creación no implica desentenderse del mundo en el cual vivimos. Jesús se implicó, no fue indiferente a las necesidades de su sociedad.
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En tu libro terminas con un capítulo que me ha llamado mucho la atención: «El amor, única esperanza a la crisis ecológica actual» ¿por qué el amor?
El amor es lo único que puede cambiar nuestra forma de actuar. Cuando amamos dejamos de comportarnos de forma egoísta, no solo nos miramos a nosotros mismos sino que alzamos la vista y somos capaces de observar todo cuanto nos rodea. Si amamos somos sensibles a las necesidades no solo de las personas sino de la Creación. Como hombres no podemos vivir al margen de la Creación de Dios.
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Muchísimas gracias por habernos atendido. ¿Alguna idea final que quieras compartir con los lectores de la Revista Adventista?
Que no perdamos la oportunidad de perdernos en la Creación de Dios ya que esta nos permite entrar en sintonía con Él.
NOTA: Si deseas descargarte el PDF completo del libro «El clamor de la Creación», contamos con el beneplácito del autor. Puedes hacerlo directamente desde AQUÍ o desde la web oficial de Aula7activa.org
