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En la madrugada del viernes 19 de abril fallecía la profesora Pilar Ciria. El funeral se celebró el día 20 y fue dirigido por su cuñado, el pastor Alberto Martorell.

Todos los educadores del Sistema Educativo Adventista de España transmiten su pesar más sentido. Pilar fue, como su nombre y vida manifestaron, un fundamento esencial en la educación de nuestros niños y un apoyo constante a compañeros. Muchos la recordarán hasta el próximo día de la resurrección en que nos reunamos de nuevo, porque marcó huella.

Ella descansa en paz y nosotros hallamos consuelo en su bienhacer. Enseñó mucho, pero con Cristo, y eso la hace merecedora del texto paulino: “Has peleado la buena batalla, has acabado la carrera, has guardado la fe. Por lo demás, te está guardada la corona de justicia, que te dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a ti, sino también a todos los que amamos su venida. (2 Tim 4:7-8) ¡Qué el Señor nos siga fortaleciendo en esta bendita esperanza hasta que volvamos a encontrarnos!

Despedida de sus compañeras del Rigel

En palabras de sus compañeras del Colegio Rigel de Zaragoza:

Los docentes y compañeros del colegio Adventista Rigel, su escuela,  recordaremos a Pili siempre con mucho cariño. Son muchos los recuerdos que han quedado grabados en nuestra memoria. Compartimos con ella el privilegio del servicio en las aulas del Colegio.

Invirtió muchos años de su vida educando y cuidando de sus alumnos como una segunda madre. Su actitud positiva y su sonrisa era lo que sus alumnos veían cada mañana.  Adoptó, como estilo de vida, una de las tareas más nobles que existen cuando se tiene el compromiso de guiar y moldear la conducta de aquellos que los profesionales del futuro.  Amor, vocación y paciencia son las características de un buen maestro y eran precisamente lo que definía a Pili.

Queremos hacer suyo y con mucho cariño un poema de Gabriel Celaya.

Querida Pili,

Educaste poniendo motores en muchas barcas

Mediste,  pesaste, equilibraste…

pusiste todo en marcha.

Para todo eso,

Llevabas en el alma

un poco de marinera…

un poco de pirata…

un poco de jotera

y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Soñabas que mientras tú trabajabas,

ese barco, ese niño,

iría muy lejos por el agua.

Soñabas que ese navío

llevaría tu carga de palabras

hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

Hoy que ya duermes y descansas

Hay un sin fin de barcos que llevan tu bandera enarbolada.

 

Gracias Pili por tu legado y tu ejemplo. Nos vemos pronto. Maranata. Maranata querida familia.

A sus familiares y allegados hacemos llegar nuestro cariño y esperanza.

Autor: Dr. Víctor Armenteros Cruz. Depto. de Educación/Gestión de la Vida Cristiana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.

Imágenes de archivo.

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